jueves, octubre 12, 2006

Un cineasta argentino con sello propio


La nueva película de Santiago Loza es un lujo. Para todos aquellos amantes del cine.
La exhibición (y digo exhibición justamente por todos los avatares que tienen que pasar ciertos directores argentinos para que su obra pueda estar en la pantalla grande) de un film de Loza debería ser un acontecimiento ya que es uno de los pocos cineastas argentinos vanguardistas. Pero antes de profundizar en su obra quiero explicar a qué me refiero con vanguardia. Me viene a la mente lo que decía Germain Dulac: un film vanguardista es todo áquel cuya técnica, utilizada con vistas a una renovada expresión de la imagen y del sonido, rompe con las tradiciones establecidas para buscar en el terreno audivisual acordes inéditos. La verdad es que Loza con su película, Cuatro mujeres descalzas, lo logra. Al cineasta argentino no lo intimida la pausa, el silencio. Y lo digo porque tomarse el TIEMPO necesario para que el espectador reflexione no es nada común hoy en día.
En una época en donde los directores cinematográficos contemporáneos buscan un cine rápido, ágil y digerible a toda costa, Loza marca la diferencia llendo en contra de la corriente, con un film auténtico. Nada es predecible en este cineasta salvo el rechazo consciente de vivir a expensas de lo ya sabido y, por si no quedó en claro, mostrado.
Cuatro nujeres descalzas invita y provoca al espectador de ojos atentos a tomarse su tiempo para poder apreciar un film único.

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