De la exhibición a la producción artística en Código País

La 6ª edición del comentadísimo festival multidisciplinario de nuevas tendencias, Código País, no sólo se erigió en un punto de exhibición artística y vínculo comercial, sino también en un espacio de producción sin límites que desafío la imaginación de los miles de asistentes. Todas las personas que se acercaron a Báez y Dorrego podían, además de recorrer la extensa muestra que describe Silvina Tomás, participar de la propuesta del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires que se llamó Código País en 2 minutos.

Entre el 8 y el 11 de noviembre se volvió frecuente ver a algunos muchachos y muchachos correteando con cámara mini DV al hombro y tomando imágenes de las actividades que se desarrollaban en el Festival. Ellos participaron del concurso de cortometrajes que tenía como objetivo que cada uno presentara una nueva visión del evento, pues la más original sería la premiada. Por eso, los artistas, muchos recién iniciados en el arte del audiovisual, se esmeraban poniendo las cámaras en posiciones insólitas, casi incursionando en el contorsionismo, e intentaban retratar planos innovadores de todas las actividades y elementos que componían el escenario que describe Daniela Brea Martino.

Los concursantes recibían del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires el material virgen y tenían dos horas para la producción y el rodaje, acompañados por un asistente, teniendo que realizar todo el montaje directamente en la cámara. Así, al mismo tiempo que algunos mostraban sus obras, otros gestaban las propias en especie de observación de observadores y observados que resalta interacción permanente y la tensión, de la que habla Noelia Zarria, que logra ese delicado equilibrio tan atractivo y seductor.

De esta manera, Código País, concentró a un público interesado por las artes, pero sumamente activo que se involucró con la identidad del festival y se sumó a la tarea de gestar nuevos proyectos. Así, artistas consagrados, como Daniela Lieban, a quien entrevistó Gabriela Marinelli, y novatos que recién empiezan a incursionar en el mundo del arte, incluso personas que cayeron por casualidad en el evento, concentraron sus esfuerzos para obtener un solo resultado artístico con un saldo por demás positivo y a favor de la integración y el desarrollo de la cultura.